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Álvaro Hernández de Madrid, vecino, vende a Martín de Solís, vecino, un pedazo de tierra que medirá media caballería, poco más o menos, en términos de la ciudad de México -y que tiene por linderos, de una parte, tierras que fueron de Gonzalo Ruiz, regidor, difunto; y por otra, tierras de Manuel de Villegas. El pedazo de tierra en venta fue de Cristóbal de Cisneros, difunto. Lo vende por precio de 365 pesos de oro de minas, que pagó en nombre del comprador, Juan de Busto, vecino, según aparece en una cédula hecha el 29 de enero de 1561. Firmó. Testigos: Nicolás de Salamanca, Francisco Díaz y Juan de Alcohola, vecinos y estantes.