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Petición. Antón García y doña Bárbola Marta, indios, naturales del pueblo de Yzquintlapilco [Acuitlapilco], estantes en México -ante el señor don Juan de Saavedra, corregidor en México, y mediante Cristóbal Blasco, intérprete de la Real Audiencia y juzgado- piden licencia al señor corregidor, para hacer donación al colegio y convento de San Pablo de México de un pedazo de tierra de doña Bárbola Marta. Y dijeron que el pueblo donde residen está a 20 leguas de México y en los términos de México y en su ejido, donde llaman Atlijuca y entre Bevetlan, tienen un pedazo de tierra de la mujer, que heredó de sus padres y pasados, de 40 brazas en ancho y 300 en largo -que tiene por linderos: por la parte del oriente, unas casas blancas donde está una higuera grande; al poniente, una acequia que divide las tierras que fueron de don García de Albornoz y ahora son del Colegio de San Pablo de México; al norte, con tierras de doña Juana de Paguatlán; y al sur, con tierras de Bárbola, india y con tierras que fueron de Juan Gallego naguatlato. Y a causa de que su vivienda y habitación la tienen lejos de México, en donde tienen otras tierras que labran y casas en que viven y éstas de Atlijuca las tienen perdidas y no las labran ni se aprovechan de ellas, quieren hacer donación al dicho Colegio y convento para la sustentación de los religiosos de la orden del Señor San Agustín que en él residen, con cargo que cada año digan por el alma de los donantes y de sus difuntos, 12 misas rezadas y una cantada por el día de Todos los Santos y así lo han tratado con el dicho convento. Y piden se acepte porque en ello reciben utilidad y provecho, por cuanto no tienen hijos para quien quererlo. Por tanto pidieron la dicha licencia para hacer la donación y escritura para la perpetuidad de la dicha capellanía. Información. Y trajeron como testigos a ciertos indios viejos que -mediante el dicho intérprete- dijeron llamarse Antón Francisco, Juan de la Cruz y Martín Bernardino, de la parte de San Pablo de México, del barrio de Tachcotitlan, los cuales declararon que saben que el dicho pedazo de tierra es de doña Bárbola Marta y era de sus padres y antepasados y que tienen otras tierras y casas en el dicho pueblo de Yzquinquitlapilco [Acuitlapilco] y no se aprovechan de este pedazo de tierra y que les será útil y provechoso darlo al convento para tan buena obra. Licencia. Y el corregidor dio la licencia para hacer la dicha donación y escritura. Firmaron el corregidor don Juan de Saavedra y el intérprete Cristóbal Blasco. FOL. 566/567 Donación. Antón García y doña Bárbola Marta, su mujer, indios, por lengua de Cristóbal Blasco, intérprete, hicieron gracia y donación al colegio y convento de San Pablo de México, para ayuda a su sustentación, del pedazo de tierra que tienen en Atlijuca -deslindado y declarado en la escritura anterior- con el cargo y condición que sean obligados en cada año perpetuamente a decir -por las almas de los donantes y sus difuntos- 12 misas rezadas y una cantada por Todos los Santos. Y el señor corregidor aprobó la escritura. No firmaron. Testigos: Rodrigo Becerro, Diego Rodríguez de León, escribanos públicos, Diego de Santa Cruz, escribano de Su Majestad y Juan Alonso, vecinos y estantes. FOL. 567/568 México, en el Colegio de San Pablo, 5 abril 1581 Aceptación. Los muy reverendos padres fray Alonso de Veracruz, maestro en Santa Teología y rector del colegio y monasterio de San Pablo en México, fray Juan de San Sebastián, fray Juan de Contreras, fray Alonso de Urueña, fray Cristóbal de la Cruz, fray Diego del Águila y fray Pedro de la Concepción, frailes profesos del dicho convento, colegio y monasterio de San Pablo, religiosos de la orden de Señor San Agustín -estando congregados, a campana tañida, en su capítulo, y en nombre de los demás religiosos- aceptaron la donación hecha por Antón García y doña Bárbola Marta, su mujer, naturales del pueblo de Yzquintlapilco [Acuitlapilco], del pedazo de tierra -declarado en las escrituras anteriores- y con el cargo de decir, por los donantes y sus difuntos, al año 12 misas rezadas y una cantada. Y dieron poder al padre fray Cristóbal de Tovar para que tome la posesión de la dicha tierra en nombre del dicho convento. Todos los otorgantes firmaron. Testigos: Pedro de Ávila, Pedro de Neyra y Juan Rodríguez de Santana, vecinos y estantes.