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Bartolomé Romero, clérigo presbítero, deán de la iglesia de Tlaxcala, vende a Cristóbal de Dueñas y a [...] de Salinas, sedero, vecino, una esclava negra llamada María, ladina, de tierra de Gelofe, alta de cuerpo, de cuarenta años, que tiene las manos y los dedos algo encogidos, que no los manda bien, habida de buena guerra, por lo que la vende por precio de 170 pesos de oro de minas, que el comprador ya pagó. Firmó. Testigos: el licenciado Francisco de Toro, el licenciado Rodrigo Vázquez y Juan Pérez de Arteaga, vecinos y estantes.